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El partido de mi vida

Será porque tengo un hijo que juega al fútbol (y muy bien, que conste), pero el momento en que se encuentra mi vida profesional no consigo imaginarlo sin acudir a una metáfora futbolística. Hace ya un tiempo que lo pienso: estoy a punto de saltar al campo para jugar la segunda parte del partido de mi vida. Quizás algo tenga que ver el hecho de haber pasado hace poco los 50. O el hecho de llevar 25 de vida profesional, así que otros tantos vividos a este ritmo empezarían a dar ya un balance aceptable. El caso es que, en muchos sentidos, lo que se abre ante mí tiene que ver con un cambio de campo y es, a la vez, la continuación de lo que he hecho hasta ahora. El cambio de campo lo hará el idioma, sobre todo: el inglés se va a convertir en una presencia fundamental como lo ha sido hasta ahora el español. Con la publicación en inglés de mis dos primeros libros va a haber muchos viajes a lugares que hasta ahora no he visitado (o, si lo he hecho, no lo he hecho por motivos musicales), y el inglés va a ser la lengua vehicular de todo esto, aunque todo apunta a que el español, el portugués, el catalán y el italiano sigan allí presentes, con el cariño de siempre y muchas ocasiones para mantenerlos cerca, física y emocionalmente).

Esta segunda parte voy a intentar disfrutarla tanto como he hecho con la primera. Y espero poderlo hacer también porque el primer tiempo no ha ido mal. Ha habido momentos difíciles, por supuesto. Pero si lo pienso como un partido de fútbol creo que en el conjunto voy ganando. Las situaciones que no han ido como me hubiera gustado no son tantas como aquéllas en las que la realidad ha superado mis propias expectativas. Así que este primer tiempo me deja margen para gestionar el resultado. Porque, en el fondo, creo conocer el marcador: voy ganando 4-1. Lo veo tan claro que me atrevo a hacer mi pequeño resumen del partido hasta el momento:

  • Min… 1984, más o menos. Llega la mayoría de edad. Lo anterior había sido un entrenamiento, dicen, porque todo apunta a que es ahora cuando empieza el partido de verdad. Eso, por lo menos, es lo que la sociedad quiere que pienses. El caso es que los primeros minutos de esa vida de adulto supuestamente responsable muestran que la pretemporada no había sido planificada adecuadamente. Los esquemas trabajados en conservatorio no funcionan en la cancha. El equipo se esfuerza pero no hay orden en el juego. Los continuos cambios de disposición en el campo contribuyen al desorden. Pocas acciones de gol y muchos riesgos en defensa. El “catenaccio” resiste a duras penas (¡y eso que soy italiano!). Pasan unos años y la portería se mantiene a cero de milagro.
  • Min. 1991: 1-0. El que se estaba convirtiendo en un partido muy complicado da un giro inesperado. Una carambola en el área contraria genera una situación confusa, de ésas que hoy se revisarían con el VAR. Pero aquí no hay duda: la pelota acaba en la red. El árbitro da por buena la acción, y es una de esas acciones que representan un antes y un después: me voy a vivir a España. Gol sorpresa, que cambia por completo el rumbo del encuentro.
  • Min. 1995: 1-1. El entusiasmo por el descubrimiento de la musicología y de la música antigua crea una fase convulsa, que se concreta en muchas acciones de ataque no siempre claras; algunas de ellas casi acaban en gol pero la ventaja no se concreta y la presión en ataque deja desamparada la defensa, que renuncia definitivamente a la carrera concertística. Empate.
  • Min. 2001: 2-1. Se publica mi Historia de la técnica pianística. Un golazo de chilena de aquéllos que necesitan una dosis colosal de suerte, por mucho que hayas entrenado duro, y que sólo pueden salirte si te dan una asistencia a medida (y lo hicieron: gracias Luis por ese pase que nunca agradeceré lo suficiente, a Belén por la pared, y qué visión de juego tuvo Almudena al comenzar ella sola ese contraataque…). El caso es que el gol lo ve mucha gente, incluso muchos que hasta el momento no estaban siguiendo el partido. Ventaja y aumento repentino del apoyo de las gradas.
  • Min. 2003: una sustitución importante da nuevo impulso al centro del campo. Silvia entra en mi vida. Se funda Musikeon. La pelota se mueve ahora más rápida, con inesperadas triangulaciones multiculturales y largas jugadas colectivas capaces de llevar la pelota de un lado al otro de un campo que se hace más grande por momentos.
  • Min. 2010: 3-1. Son los años del Barça de Guardiola y algo parecido está pasando aquí: un largo e interminable tiki-taka, emocionante y entretenido. Finalmente, tras 7000 pases en los que interviene de una forma u otra todo el equipo (y qué equipo inolvidable, el de esos años…), la pelota llega al área y, tras tocar en el larguero, acaba finalmente en la red (léase: doctorado y publicación de la tesis, es decir, Beethoven al piano).
  • Min. 2012: 4-1. El partido parece encarrillado y con controlar el centro del cambio podría ser suficiente, pero… una carambola colectiva que envolvió 42 jugadores y 20 pianos genera una acción de contraataque totalmente inesperada cuyo mérito principal es de David Ortolà, una de esas personas capaces de inventar lo que nadie más podría inventar. Sobre el empuje de aquellos 20 pianos, el Tropos Ensemble empieza su camino. Un gol que no estaba en la pizarra de nadie. Por ello sabe aún mejor.

Y aquí estamos, ganando 4-1. ¿Contra quién? Contra nadie, en realidad, lo que es muy bueno, porque significa que de todos modos tu posible victoria no supone la derrota de otro, lo que siempre ha sido mi problema, en todos los deportes (de ahí que mis deportes favoritos sean, en realidad, aquéllos donde no se compite contra nadie, como el alpinismo). Ahora bien, una opción razonable, llegados a este punto, sería administrar el resultado. La otra es aprovechar la suerte que has tenido por intentar lo que, de otro modo, quizás no podrías, o sería demasiado arriesgado. Si ganas 4-1, puedes intentar alguna que otra volea imposible, goles olímpicos y regates de esos que te sale una vez cada diez, e incluso pensar en alguna sustitución atrevida. Aunque esto suponga ciertos peligros, porque pueden marcarte algún que otro gol al contraataque. Pero… ¿y si alguna de esas acciones entra?

Esto es lo que pienso hacer en estos próximos 25 años: disfrutarlos en el campo, uno a uno, libro a libro, concierto a concierto, clase a clase, tesis a tesis, esperando que, con ello, disfruten los demás. Y, sobre todo, que haya algo que recordar. Como siempre dijo Socrates, el gran futbolista brasileño de mi infancia (y activista admirable, por cierto): lo importante no es ganar, sino que se acuerden de ti. Yo me acuerdo perfectamente de él.

40 questions

In December 2017 I answered the Musikeon version of the so-called Proust Questionnaire. It was a nice way to talk about very different things, from tigers and archeology to Borges and Star Wars. Here are the questions and my answers.

 

  1. An adjective that best defines your character? Enthusiastic. This, at least, is what they say about me.
  2. What quality do you most appreciate in a person? The passion they put into what they do is what I love.
  3. What do you expect from your friends? That they should want to get across the passion they feel for what they do.
  4. You couldn’t live without…Having projects ahead that no one else has conceived in the same way.
  5. Your main fault? Unpunctuality.
  6. Your ideal of happiness? That what I do for pleasure brings joy to others and helps make their lives richer.
  7. What would be your greatest tragedy? Losing one my children.
  8. As a boy, what did you want to be? As a very small boy, nothing in particular. Later, an archeologist.
  9. And now, if you weren’t a musician, what would you like to be? An archeologist, exactly, although today my interests would have a far more anthropological focus than what I imagined when I was young. And for a while now I can also see myself as an astrophysicist: looking at the sky, dreaming about outer space, and knowing what to ask it. I could give my life over to that.
  10. Your favourite colour? I tend to like the variants of more common colours when they verge towards others: vermillion, turquoise, lime green.
  11. Your favourite animal? Felines, in general, and the tiger in particular. But I like to look at animals, not touch them: I don’t need too much physical interaction with them, as opposed to how I feel about people.
  12. Your favourite city? One in which I don’t have to live my whole life and which will keep me surprised day after day. If I have to choose from those I know, and for widely different reasons, I would say New York, Singapore, Rio de Janeiro, Paris, Cairo, and Barcelona.
  13. Your ideal landscape? Waking up in the Dolomites, preferably in a spot I have never visited.
  14. What place do you dream of visiting one day? Outer space. Literally: to see the earth from outside and without gravity.
  15. What place would you always go back to if you could? A great many. To begin with, a certain unforgettable landscape: my beloved Dolomites, of course, but also Lake Pichola in Udaipur, the summit of Pão de Açúcar, the Yellowstone Park geysers, an infinite number of spots in Iceland, Elephantine Island with the desert just behind it looking from the shores of the Nile in Aswan. Then, always, the Library of Congress. And to the arms of Silvia, my partner (it sounds a bit corny but it’s a fact).
  16. Three musicians without whom the world would be worse off? ¿Three who are alive? Frederic Rzewski, Brad Mehldau, David Ortolá.
  17. A work of music you never tire of hearing? It depends on what era and, very much so, on the performance and recording. Over recent weeks, Schumann Violin Concerto as played by Patricia Kopatchinskaja.
  18. A special song for you (and don’t say why)? “Abendstern” by Schubert.
  19. A musical instrument (not your own)? Alto Flute.
  20. A writer and a book? Jorge Luis Borges. “Ocean Sea” by Alessandro Baricco.
  21. A painter and a painting? Claude Monet. “Study after Velazquez’s portrait of Pope Innocent X” by Francis Bacon.
  22. A film. “Moulin Rouge” by Baz Luhrmann.
  23. A sport. Hiking.
  24. Car, bike, or public transport? Car or public transport, depending on the place and the quality of the transport.
  25. Favourite food and drink? My mama’s home-made sweet tortellini, and fresh mango juice (and fresh fruit juices in general)…but separately, of course!
  26. Do you cook regularly? Yes.
  27. What name do you like the most? Gaia. If I’d had a daughter I’d like her to have been called this.
  28. What is the habit of others you most detest? Belittling someone, on a small or grand scale, especially when it is an expression of scorn based on difference.
  29. What defect do you most easily tolerate? Mine, firstly: unpunctuality.
  30. Your fictional hero or heroine? Yoda.
  31. Your real-life hero or heroine? People like Oscar Camps (the founder of the NGO Proactiva Open Arms) who sacrifices everything to do what he believes in. And his family, who support him.
  32. In which city do you imagine yourself living? Many. The important thing for me is with whom and doing what. If I have to choose one, then it’s New York. At least for a while.
  33. Would you have like to have lived in another era? No. I’d just like my era to better than it is.
  34. What musical event would you have liked to be present at? The December 22 concert in 1808 in the Theater an der Wien, the day Beethoven premiered his 5th and 6th Symphonies, improvised and played a version of his 4th Concerto that I believe was unthinkably different to how we imagine this work today. But I would like to be at that concert not as a Viennese person from 1808 but being what I am today, a musician and musicologist of the 21st century. To be able to compare those performances with all that we have done later with those scores, that would be quite amazing!
  35. Which musician from the past would you have liked to know? Those whose personal qualities fascinate me and at the same time leave me questioning before which I would like to have an idea of my own. Beatriz de Dia, for example, or Josquin Desprez. And also Barbara Strozzi, and no doubt Haydn, who seems to me the most sympathetic guy of all Western music. Maria Szymanowska and Louise Farrenc. Brahms, without a doubt. And then, already entering the twentieth century, Cowell and Hindemith.
  36. 24 hours with…? Many people, known to me and not. Among those I know, perhaps Krystian Zimerman. Among those I don’t, at this moment in time, Lita Cabellut.
  37. What musician of the past would you have liked to know? Many. But, above all, I would like to know people whose existence at this moment I am ignorant of. There are people whose names and music don’t even reach us. Silvia and I, for example, met Ustad Niyaz Khan in Jodhpur, India, in 2005; what we saw and experienced there, in the antithesis of the star system, is the type of experience I would like to repeat above all else.
  38. How would you like to die? With the feeling of having done everything I wanted to do. Something that undoubtedly will not occur because my projects grow with the years in both number and size.
  39. What is your current state of mind, right now? Determined and looking forward to the year that awaits me.
  40. ¿Do you have a motto or a favourite saying? “The more you know, the closer you are to magic”. The actor José Sacristán said that in one of the most beautiful scenes of a film I am infinitely fond of, “Un lugar en el mundo” (“A Place in the World”, 1992) directed by Adolfo Aristarain.